miércoles, 21 de octubre de 2009

Puede que pida más de lo que debería,
que de más de lo que tendría que dar
y que sea más mimosa de lo que me gustaría.
Cambiaría cada abrazo por distancia,
cada mano ofrecida por lejanía,
cada día de sonrisas por timidez.
Sentir lo que es pasar desapercibida y no encariñarme de nadie,
sentir que sola soy suficiente y no necesito más.
Hacerme de hierro y que nadie puede llegar dentro de mí,
volverme estatua, no sentir ni padecer.
Como un diamante que no haya nada que lo pueda romper,
como el hielo de fría
y como las estrellas de lejos.
Tranquila en mi mundo, sabiendo que todo está bien
siendo solo yo sin saber decir ni sentir, lo que ahora puedo sentir.
Si todo fuese así, no me importaría ni dolería nada y sería la Ari del tatami,
fría, distante y segura de mí...


Guajina*

No hay comentarios:

Publicar un comentario